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5 esculturas al aire libre que tienes que ver si vienes a Madrid.

By 07/09/2021 No Comments

Julia de Jaume Plensa, Plaza de Colón hasta Dic 2021.

Julia, la gran escultura de Jaume Plensa de 12 metros de altura, colocada en el pedestal de la plaza de Colón donde una vez se situó la estatua del insigne navegante se ha convertido en una de mis mejores amigas de que se instaló en diciembre de 2018 en la Plaza de Colón. Prácticamente paso todos los días por delante de ella y me sigue atrayendo e hipnotizando hasta tal punto que me quedo parada bajo su influjo y lloraré el día que pase por la Plaza de Colón y ya no la vea. Mi esperanza es que se quede con nosotros durante mucho, mucho tiempo.

En uno de los centros neurálgicos de Madrid, confluencia de calles con mucho tráfico como son el Paseo del Prado, la gran calle comercial de Goya, Jorge Juan y la calle de Génova, nos encontramos con esta cabeza de niña en resina de poliéster y polvo de mármol que, como dijo su autor, nos llega al corazón y en estos tiempos de pandemia es un símbolo que transmite calma, tranquilidad y reflexión.

Jaume Plensa dijo “está dirigida al corazón de nuestro ser, es un espejo poético y virtual en el que cada uno de nosotros pueda verse reflejado”.

El Angel Caído de Ricardo Bellver. Glorieta del Angel Caido Parque del Retiro

Un ángel hermoso y rebelde es expulsado del cielo y así nos lo muestra Ricardo Bellver en esta obra llena de dramatismo y emoción que corona la fuente del mismo nombre en el parque del Retiro.

Casi nos duele en carne propia cuando vemos esa cara de horror en el momento en el que Lucifer es consciente de que ha sido expulsado del paraíso y mientras la serpiente se le va enroscando por sus brazos y piernas:

«Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el Empíreo, reflejándose en ellas el dolor mas hondo, las consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado.»

‘El paraíso perdido’, John Milton

Ricardo Bellver, escultor madrileño, realizó esta obra en yeso en Roma durante su estancia como pensionando de la Academia de España en 1878 y posteriormente fue fundido en bronce a instancias del monarca Alfonso XII para poder ser exhibido en la Exposición Universal de París. A su regreso a España pasó a formar parte de la colección de esculturas del Museo Nacional del Prado. Sin embargo, en octubre de 1879 se aprobó que la escultura fuese expuesta al aire libre. Fue cedido al Ayuntamiento de Madrid, que lo ubicó en el Parque del Retiro en la glorieta del mismo nombre, donde hoy podemos disfrutarla en toda su grandeza.

Tras Julia de Antonio Sentino. C/ del Pez N° 42

Paseando por Malasaña, por la calle del Pez, nos encontramos esta escultura en bronce que desde 2003 nos muestra una mujer joven a tamaño natural que sostienen varios libros. Por su ubicación en el barrio de Universidad y por los libros, podemos intuir que esta mujer es una estudiante, pero esta Julia no es una estudiante cualquiera y encierra un potente mensaje.

Su autor, Antonio Sentino, decidió homenajear a las primeras mujeres que consiguieron acceder a la Universidad de Madrid luchando contra las normas y convenciones de la época dado que su acceso a la Universidad Central de Madrid situado en san Bernardo estaba vetado a las mujeres. Basándose en las leyendas y rumores del s XIX, el autor nos habla de esta muchacha que se disfrazó de hombre para poder así asistir a las clases.

Julia representa a todas esas valientes como la jurista y activista Concepción Arenal que en 1840 tuvo que disfrazarse de hombre para poder estudiar la carrera de Derecho y que con su determinación y valentía abrieron el camino de la igualdad en la educación.

El Día y la Noche de Antonio López García. Estación de Atocha

En el exterior de la estación del AVE de Atocha nos esperan dos esculturas de tamaño monumental que impresionan mucho. Son dos cabezas gigantes de bebés que parecen iguales…, pero no lo son. El nombre de la obra ya nos da una pista. Una, tiene los ojos abiertos y representa el Día y la otra los mantienen cerrados y es la Noche.

Están inspiradas en la nieta del autor, Carmen, cuando ésta tenía unos 6 meses de edad y a mí me evocan una enorme ternura, esa que debió unir al escultor y a su pequeña musa. Os recomiendo que os situéis en medio de las dos cabezas para percibir mejor su efecto, tienen algo de hipnotizador y mágico debido a su sobrenatural tamaño y, desde luego, no pasan desapercibidas.

Es la primera obra del gran Antonio López, maestro del hiperrealismo, en un espacio público madrileño y lo realizó por encargo del Ministerio de Fomento en 2002.

Accidente aéreo de Miguel Ángel Ruiz Beato. C/ Milaneses 3

 

Por si no lo sabéis, en Madrid no hay que dejar de mirar nuca a las alturas (siempre con cuidad de no comerse una farola) porque nos vamos a encontrar un montón de sorpresas, una de ellas nos la encontramos cuando paseamos por la calle Mayor, más o menos a la altura del Mercado de San Miguel y dirigimos nuestra mirada hacia el cielo.

Ahí está, un ángel en bronce azulado estrellado contra la azotea de un edifico, como si fuera víctima de un accidente aéreo, pero…es realmente un ángel? Según su autor  “Hace 10.000 años, un hombre alado sale a dar una vuelta, y al volver, volando tranquilamente de espaldas, mientras toma el sol, no se percata de que, en el prado que aterriza siempre, ha crecido toda una ciudad”

Es una de las esculturas más singulares de nuestra ciudad y una de mis favoritas por lo estrambótica que resulta. Se instaló ahí en 2005 a petición de los dueños de la finca, propietarios de una inmobiliaria y amigos del escultor.

 

Artículo de Vanesa Reichtmuth